lunes, 8 de julio de 2013

MI INFIERNO DESATADO

Rememorar esto para mí es realmente duro, pensar en cada vez que me agredían no solamente verbalmente sino también llegar al maltrato físico, las burlas, los insultos, en general todo, me dan ganas de llorar.

Desde mi más tierna infancia los niños y niñas de mi clase me han hecho la vida imposible. Con solamente cinco años tenía que aguantar que me insultaran, pegaran… e incluso, que me escupieran y empujaran al cubo de la basura, porque para ellos era a donde pertenecía, que no merecía nada mejor.

Los años fueron transcurriendo sin cambio alguno, tenía que soportar esto y por mucho que avisara a los profesores, estos no hacían nada, solamente callaban y miraban hacia otro lado.

Llegué a primaria, aprobando las asignaturas por los pelos, porque no tenía ganas de estudiar, ni tampoco prestaba atención a las explicaciones de los docentes.

Quinto y sexto de primaria para mí fueron el mayor infierno al que he sido sometida. Allí no solamente fui expuesta a vejaciones de todo tipo: insultos, palizas de varios compañeros de clase, me tiraban naranjas y se reían de mi al ver que no podía defenderme, porque nadie puede contra siete u ocho niños por muy fuerte que sea.

En esta etapa de mi vida, veía como cada día las cosas no mejoraban, todo lo contrario, empeoraban. Solamente podía quedarme arrinconada en una esquina, llorando tristemente y sintiéndome inútil y desvalida por no poder defenderme por las burlas de esos desalmados.

Sola, sin amigos, solamente contando con la ayuda de mi madre pero no siendo suficiente para poder salir de ese pozo sin fondo en el que estaba sumida, la única alternativa que me quedaba era el suicidio.

Un día de estos en los que le encontraba sentido a mi vida cogí un cuchillo que estaba sobre la mesa de la cocina y lo coloqué sobre mi muñeca dispuesta a acabar con todo de una vez por todas.

¿Qué había hecho en mi vida para tener que padecer esta tortura? Me pregunté muchas veces antes de recapacitar y pensar que no, esa no era la solución, eso era lo más cobarde que podía hacer. Con eso les daría lo que quería, porque como bien habían dicho: “Coge y ahórcate porque para lo que estas haciendo viv@ mejor te mueres”.

No les di el gusto, seguí viva, esforzándome por mejorar cada día un poco más, por luchas por mis sueños a pesar de que seguían haciéndome la vida imposible.

A día de hoy, después de mucha lucha y esfuerzo mi vida a cambiado. Tengo amigos, amigos verdaderos que nos lo cambiaría por nada en el mundo, a los que les agradezco todo lo que hacen por mí, una pareja que me apoya y me quiere con locura y una familia en la que puedo confiar.

Y viendo como han acabado los individuos que me torturaban casi todos drogadictos, o personas resentidas, que no se quieren a ellos mismos y solo se sienten “bien” al burlarse de otras personas y al tener amigos superficiales que te clavan cuchillos en la espalda a la primera de cambio.

Me siento contenta en cierta parte con mi vida, aún quiero mejorar más, pero viendo lo que viví hace unos años esto es el paraíso.

Y aunque aún a veces veo atisbos de discriminación ya no me importa, porque se que estás personas son infelices y me dan pena.

Espero que con haber dado mi testimonio pueda ayudar a alguien y también que esto no le vuelvan a ocurrir a chicos y chicas inocente que no pueden defenderse.

Anónimo

No hay comentarios:

Publicar un comentario